Lições para (e da) vida:
Podemos fugir de lugares, de pessoas e de situações. Podemos querer tapar o sol com a peneira, confundir a verdade, ganhar um tempo que, (no fundo sabemos), é vazio.
Podemos tentar. Mas não vamos conseguir ignorar para sempre o que sentimos, o que guardamos cá dentro.
Podemos tentar. Mas não vamos conseguir (nunca) fugir de nós mesmos.
Podemos tentar. Mas não vamos conseguir (nunca) fugir de nós mesmos.
By: As nove no meu blog
Quando alguém te ataca verbalmente, porque te defendes? O que te impede de seguir tranquilamente a tua viagem?
Há quem seja capaz de matar em resposta a um ataque verbal. Há quem seja capaz de responder com um sorriso humilde e sincero e seguir pacificamente o seu caminho.
De que se defende o primeiro? De que não se defende o segundo?
Bons pensamentos à volta do tema, amigo. Ah, e não tens de os defender!
By: Pedro Vieira
Tenho que desabafar!!!!!
Eu não sei viver as amizades só com sorrisos e polegares para cima. Isso deve ser outra coisa que não amizade. Acho.
Eu faço perguntas. Incómodas.
Eu não digo que sim para não dizer a verdade.
Eu não rio em aprovação quando não há motivos para o fazer.
É doloroso dizer a alguém que está encalhado nos mesmos problemas, como se não tivesse vontade de os resolver.
Não é fácil. Obriga a muita coerência, a uma firmeza nos princípios, a uma queda livre para fora da minha própria zona de conforto.
Mas amar o outro é isso mesmo: questionarmo-nos em vez de procurarmos um espelho de nós. Acredito.
Não sou amiga para dizer "coitadinho". Sou amiga para dizer "dá-me a mão que trepamos isto juntos".
E agradeço que me façam o mesmo.
E admito estar completamente errada, se me apresentarem bons argumentos em relação a isto.
Eu não sei viver as amizades só com sorrisos e polegares para cima. Isso deve ser outra coisa que não amizade. Acho.
Eu faço perguntas. Incómodas.
Eu não digo que sim para não dizer a verdade.
Eu não rio em aprovação quando não há motivos para o fazer.
É doloroso dizer a alguém que está encalhado nos mesmos problemas, como se não tivesse vontade de os resolver.
Não é fácil. Obriga a muita coerência, a uma firmeza nos princípios, a uma queda livre para fora da minha própria zona de conforto.
Mas amar o outro é isso mesmo: questionarmo-nos em vez de procurarmos um espelho de nós. Acredito.
Não sou amiga para dizer "coitadinho". Sou amiga para dizer "dá-me a mão que trepamos isto juntos".
E agradeço que me façam o mesmo.
E admito estar completamente errada, se me apresentarem bons argumentos em relação a isto.
By: Joana Latino
A mentira gera sempre uma consequência! Esta é uma mera constatação lógica, pois toda a ação gera uma reação.
Quando mentes, perdes congruência, perdes alinhamento, perdes solidez. E isto acontece com as grandes e com as pequenas mentiras. Acontece com o "amo-te" sem sentimento tal como com o "demoro 5 minutos" quando ainda nem me pus a caminho.
Grandes ou pequenas, as mentiras - como bem sabes pois sentes isto melhor do que ninguém - geram afastamento do centro. Do teu centro.
Sim, falo das tuas mentiras (e das minhas mentiras). As dos outros são problema deles!
Aqueles que mentem muito, incluindo a si próprios, sofrem mais do que todos os outros, acredites ou não.
Há quem não entenda, sequer, que mente, de tão habitual se ter tornado a utilização da mentira. O sofrimento interno, esse está lá, mesmo que não se aperceba de onde vem. E, mais tarde ou mais cedo, vai explodir sob várias formas: doenças do corpo e da mente.
Queres testar o teu nível de verdade/mentira? Assume o compromisso de falar verdade - só verdade, custe o que custar, sem concessões - durante 24 horas.
Experimenta como um teste de desenvolvimento pessoal, uma experiência de auto-conhecimento. Acho que te vai surpreender
By: Pedro Vieira
Si se “aprende a hacer el bien”, Dios “perdona generosamente” todo pecado. Lo que no perdona es la hipocresía, “fingir la santidad”. Lo afirmó el Papa Francisco en la homilía de la Misa matutina celebrada en Casa Santa Marta.
Los santos fingidos, que ante el cielo se preocupan más de parecerlo que de serlo, y los pecadores santificados, que más allá del mal han aprendido a “hacer” un bien más grande: no hay duda de cuáles prefiere Dios, afirma Papa Francisco, que pone estas dos categorías en el centro de su meditación.
Las palabras de la lectura de Isaías, explica al principio, son un imperativo y al mismo tiempo una “invitación” que viene directamente de Dios: “Cesad de hacer el mal, aprended a hacer el bien”, defendiendo a huérfanos y viudas.
Es decir – subraya Francisco – “aquellos que nadie recuerda” entre los que, prosigue el Papa, están también los “ancianos abandonados”, “los niños que no van al colegio” y los que “no saben hacer el signo de la Cruz”. Detrás del imperativo está en sustancia la invitación de siempre a la conversión.
“Pero ¿cómo puedo convertirme? ‘¡Aprended a hacer el bien!’. La conversión. La suciedad del corazón no se quita como se quita una mancha: vamos a la tintorería y salimos limpios… Se quita ‘haciendo’: hacer un camino distinto, otro camino distinto del mal.
‘¡Aprended a hacer el bien!’, es decir, el camino de hacer el bien. ¿Y cómo hago el bien? ¡Es sencillo! ‘Buscad la justicia, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda. Recordemos que en Israel los más pobres y los más necesitados eran los huérfanos y las viudas: hacedles justicia a ellos, id donde están las llagas de la humanidad, donde hay tanto dolor … Y así, haciendo el bien, lavarás tu corazón”.
Y la promesa de un corazón lavado, es decir, perdonado, viene de Dios mismo, que no tiene la cuenta de los pecados ante quien ama concretamente al prójimo.
“Si haces esto, si vienes por ese camino, al que yo te invito – nos dice el Señor – ‘aunque vuestros pecados fueran como escarlata, se volverán blancos como la nieve’. Es una exageración, el Señor exagera: ¡es la verdad! El Señor nos da el don de su perdón. El Señor perdona generosamente. ‘Yo te perdono hasta aquí, luego veremos ….’ ¡No, no! ¡El Señor perdona siempre todo! ¡Todo! Pero si quieres ser perdonado, debes empezar el camino de hacer el bien. ¡Este es el don!’.
El evangelio del día presenta también el grupo de los astutos, los que “dicen cosas justas pero hacen lo contrario”. “Todos – dice Francisco – somos astutos y encontramos siempre un camino que no es el correcto, para parecer más justos de lo que somos: es el camino de la hipocresía”.
“Estos fingen convertirse, pero su corazón es una mentira: ¡son mentirosos! Es una mentira… Su corazón no pertenece al Señor; pertenece al padre de todas las mentiras, a satanás. Y esto es fingir la santidad. Mil veces Jesús prefería a los pecadores antes que a estos, ¿por qué? Los pecadores decían la verdad sobre sí mismos. ‘Aléjate de mí, Señor, que soy un pecador’: lo dijo Pedro una vez. ¡Uno de estos nunca dice eso! ‘Te doy gracias Señor porque no soy un pecador, porque soy justo’”…
En la segunda semana de Cuaresma están estas tres palabras que pensar, que meditar: la invitación a la conversión, el don que nos dará el Señor, es decir, un perdón grande, un gran perdón, y la trampa, es decir, fingir estar convertido, pero tomar el camino de la hipocresía”.
Los santos fingidos, que ante el cielo se preocupan más de parecerlo que de serlo, y los pecadores santificados, que más allá del mal han aprendido a “hacer” un bien más grande: no hay duda de cuáles prefiere Dios, afirma Papa Francisco, que pone estas dos categorías en el centro de su meditación.
Las palabras de la lectura de Isaías, explica al principio, son un imperativo y al mismo tiempo una “invitación” que viene directamente de Dios: “Cesad de hacer el mal, aprended a hacer el bien”, defendiendo a huérfanos y viudas.
Es decir – subraya Francisco – “aquellos que nadie recuerda” entre los que, prosigue el Papa, están también los “ancianos abandonados”, “los niños que no van al colegio” y los que “no saben hacer el signo de la Cruz”. Detrás del imperativo está en sustancia la invitación de siempre a la conversión.
“Pero ¿cómo puedo convertirme? ‘¡Aprended a hacer el bien!’. La conversión. La suciedad del corazón no se quita como se quita una mancha: vamos a la tintorería y salimos limpios… Se quita ‘haciendo’: hacer un camino distinto, otro camino distinto del mal.
‘¡Aprended a hacer el bien!’, es decir, el camino de hacer el bien. ¿Y cómo hago el bien? ¡Es sencillo! ‘Buscad la justicia, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda. Recordemos que en Israel los más pobres y los más necesitados eran los huérfanos y las viudas: hacedles justicia a ellos, id donde están las llagas de la humanidad, donde hay tanto dolor … Y así, haciendo el bien, lavarás tu corazón”.
Y la promesa de un corazón lavado, es decir, perdonado, viene de Dios mismo, que no tiene la cuenta de los pecados ante quien ama concretamente al prójimo.
“Si haces esto, si vienes por ese camino, al que yo te invito – nos dice el Señor – ‘aunque vuestros pecados fueran como escarlata, se volverán blancos como la nieve’. Es una exageración, el Señor exagera: ¡es la verdad! El Señor nos da el don de su perdón. El Señor perdona generosamente. ‘Yo te perdono hasta aquí, luego veremos ….’ ¡No, no! ¡El Señor perdona siempre todo! ¡Todo! Pero si quieres ser perdonado, debes empezar el camino de hacer el bien. ¡Este es el don!’.
El evangelio del día presenta también el grupo de los astutos, los que “dicen cosas justas pero hacen lo contrario”. “Todos – dice Francisco – somos astutos y encontramos siempre un camino que no es el correcto, para parecer más justos de lo que somos: es el camino de la hipocresía”.
“Estos fingen convertirse, pero su corazón es una mentira: ¡son mentirosos! Es una mentira… Su corazón no pertenece al Señor; pertenece al padre de todas las mentiras, a satanás. Y esto es fingir la santidad. Mil veces Jesús prefería a los pecadores antes que a estos, ¿por qué? Los pecadores decían la verdad sobre sí mismos. ‘Aléjate de mí, Señor, que soy un pecador’: lo dijo Pedro una vez. ¡Uno de estos nunca dice eso! ‘Te doy gracias Señor porque no soy un pecador, porque soy justo’”…
En la segunda semana de Cuaresma están estas tres palabras que pensar, que meditar: la invitación a la conversión, el don que nos dará el Señor, es decir, un perdón grande, un gran perdón, y la trampa, es decir, fingir estar convertido, pero tomar el camino de la hipocresía”.
By: Papa Francisco
Tens em ti um cantinho de amor, tens em ti um cantinho de paz. Nele podes sempre encontrar o silêncio que precisas para recuperar de tudo aquilo que te vai quebrando, partindo, confundindo, ferindo, magoando e tantas outras coisas mais que te distanciam da tua essência. Por muito confusa que te possas sentir, por muito receio e medo que estejas a viver, por muito peso no peito que tragas dentro de ti que te puxa o peito para baixo e o rosto para o chão, tens em ti, esse cantinho de amor que é só teu, só teu, onde mais ninguém consegue entregar, nem estar. É teu. Já nasceste com ele, com esse fim, para te resguardares e aconchegares sempre... Para encontrares partes de ti nesse espaço puro, de silêncio, e de paz. Mergulha em ti, e sem força nem pressa, procura-o. Nele vais encontrar a serenidade que precisas para depois continuares as tuas escolhas e aquilo que queres viver. É teu, só teu, e podes aceder a ele sempre que quiseres. Basta fechares os olhos e mergulhar.
By: Diana Gaspar Duarte
7 frases budistas que vão mudar a sua vida
Muitos de nós costumamos nos referir ao budismo mais como uma filosofia de vida do que como uma religião. O budismo é uma das religiões mais antigas que existem, e ainda é praticada por cerca de 200 milhões de pessoas em todo o mundo.
Qual é o segredo desta filosofia?
A simplicidade de como são transmitidas mensagens cheias de sabedoria, que permitem realmente melhorar nossa qualidade de vida, é o que faz com que essa filosofia ou religião perdure ao longo do tempo e continue ganhando seguidores.
Para entendê-la e abraçar seu verdadeiro significado, não precisamos nos tornar seguidores da religião. Somente precisamos abrir nosso coração e nossa mente, mantendo sempre a esperança.
Hoje apresentamos a vocês as melhores frases budistas que vão mudar a sua vida:
- A dor é inevitável, o sofrimento é opcional. Levando em consideração que as pessoas só podem nos machucar se souberem ao que damos importância, evitar o sofrimento inútil pode consistir, simplesmente, em dar um passo para trás, em se desligar emocionalmente e ver as coisas sob outra perspectiva.
Isso requer prática e tempo, mas vale a pena carregar consigo este grande aprendizado. Como guia, outra frase budista nos dá uma pista de como começar: “Tudo o que somos é resultado do que pensamos; está baseado em nossos pensamentos e está feito deles”.
- Alegre-se porque todo lugar é aqui e todo momento é agora. Costumamos pensar apenas no passado ou estar excessivamente preocupados com o futuro. Isso nos impede de viver o momento e faz com que nossas vidas passem sem que tenhamos consciência disso. O budismo nos mostra oaqui e o agora. Portanto, devemos aprender a estar plenamente presentes e desfrutar cada momento como se fosse o último.
- Cuide de seu exterior tanto quanto cuida de seu interior, pois tudo é um só. Para encontrar um verdadeiro estado de bem estar, é imprescindível que a mente e o corpo estejam em equilíbrio. Não nos concentrar muito no aspecto físico e, reciprocamente, no aspecto interior, nos ajudará a nos sentir mais plenos e conscientes do aqui e do agora, facilitando, assim, uma plenitude emocional mais valiosa.
- Vale mais a pena usar chinelos do que cobrir o mundo com tapetes. Para encontrar nossa paz interior, precisamos ser conscientes dos nossos potenciais pessoais e aprender a dosá-los, assim como nossos recursos. Desta forma, viveremos um verdadeiro crescimento e evolução.
- Não machuque os outros com o que te causa dor. Essa frase é uma das máximas do budismo, e nos permite eliminar quase todas as leis e mandamentos morais atuais em nossa sociedade. Tendo um significado parecido com o da frase “não faça com os demais o que não gostaria que fizessem com você”, esta quinta reflexão vai muito além, já que consiste em um profundo conhecimento de nós mesmos e numa grande empatia para e com os demais.
- Não é mais rico aquele que mais tem, senão aquele que menos necessita. Nosso desejo de ter sempre mais, tanto no plano material, como no emocional, é a principal fonte de todas as nossas preocupações e desesperanças. A máxima do budismo se baseia em aprender a viver com pouco e aceitar tudo aquilo que a vida nos dá no momento. Isso nos proporcionará uma vida mais equilibrada, reduzindo o estresse e muitas tensões internas.
O fato de desejar mais coisas a todo o tempo indica somente falta de segurança, e mostra que nos sentimos sós e que precisamos preencher estes vazios. Sentirmo-nos a vontade com nós mesmos nos permite deixar para trás a necessidade de não ter que demonstrar nada.
- Para entender tudo, é preciso esquecer tudo. Estamos, desde pequenos, imersos numa contínua aprendizagem. Na infância, nosso mapa mental ainda não está desenhado, o que nos faz sermos abertos a “tudo” e à capacidade de entender qualquer coisa, pois não sabemos julgar.
Mas a medida em que crescemos, nossa mente se enche de restrições e normas sociais que nos dizem como devemos ser, como devem ser as coisas, e como devemos nos comportar, inclusive o que devemos pensar. Nos tornamos inconscientes de nós mesmos, então nos perdemos.
Para mudar e ver as coisas sob uma perspectiva mais saudável para nós, precisamos aprender a nos desligar das crenças, dos hábitos e das ideias que não provêm do nosso coração. Para isso, esta frase budista servirá para começar o processo: “No céu não há distinção entre leste e oeste, são as pessoas quem criam essas distinções em sua mente e então acreditam ser a verdade”.
By: A mente é maravilhosa
«De repente tudo vai ficando tão simples que assusta. Vamos perdendo as necessidades, reduzindo a bagagem.
As opiniões dos outros são realmente dos outros, e mesmo que sejam sobre nós, não têm importância.
Vamos abrindo mão das certezas, pois já não temos certeza de nada. E isso não faz a menor falta.
Paramos de julgar, pois já não existe certo ou errado e sim a vida que cada um decidiu viver.
Por fim, entendemos que tudo o que importa é ter paz e sossego, é viver sem medo, é fazer o que alegra o coração naquele momento. E só.»
By: Elaine Matos
By: Elaine Matos
Podes ser gritar bem alto o que queres, ligar a alguém, comprometeres-te em chegar a horas, fazer mais uma venda, criar uma nova receita, treinar mais forte, falar com alguém que te incomoda, sentares-te no carro dos teus sonhos, experimentar uma comida nova, pedir perdão, dizer amo-te, aparecer de surpresa, escrever umas linhas que te inspirem, correr num sitio novo, abandonar o que não faz sentido, elogiar um colega, compor uma música, oferecer uma fotografia, meditar, estar um dia em silêncio sem falar, convidar alguém para almoçar ou simplesmente parar e apreciar.
Parar e apreciar.
Parar e apreciar.
By: Mario Caetano
Sabes meu amor .... amo-te cada dia mais ....cada dia infinitamente mais
és lindo
Tua mãe
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